viernes, 26 de abril de 2024

Los psiquiatras están acojonados

 

Acollonados, diría un Anson. Conceden entrevistas, quizá compradas, en las que hablan de términos banales muy usados por gentes inmaduras que no saben que lo son. Una entrevista con fotografías, en la que se dicen chorradas debe de tener muchos lectores.

En cambio, tenemos un presidente del gobierno cuyas carencias psicológicas o emocionales deberían ser incapacitantes y ninguno da la voz de alerta, ni se pronuncia sobre la cuestión.

Es cierto que seguramente no ha acudido a ninguna consulta para ser diagnosticado, pero se le ha visto actuar y tomar decisiones una y otra vez, de modo que es difícil no pensar en el narcisismo, entre otras muchas cosas, como diría él mismo.

Por de pronto, ha demostrado una y otra vez una mala educación que lo convierte en indigno para el cargo que ocupa. Es una vergüenza para los españoles tener un presidente tan grosero. No hay modo de apartarlo del cargo porque los padres de la Constitución no previeron (preveyeron, habría dicho Sánchez), o no quisieron prever, que se diera esa necesidad.

Últimamente, ha publicado una carta que no he leído porque la capacidad de masoquismo que pudiera haber en mí ya fue rebasada, pero a pesar de ello me he enterado de muchas de las cosa que dice, ya que hay mucha gente comentándola.

Ha dicho que está profundamente enamorado de su mujer, y eso es una falta de respeto a ella, cuestión distinta es que alguno de los dos se dé cuenta.

Pero, sobre todo, ha dicho que tomará una decisión el lunes, cuando todo el mundo sabe cual va a ser la decisión, porque no se va a ir nunca, hay que echarlo.

Los psiquiatras deberían explicar que tipo de personalidad es la de quien se cree con derecho a insultar, difamar, mentir, engañar, etiquetar falsamente, tergiversar y cualquier otra canallada que se le ocurra, y que al mismo tiempo no tolera que alguien ponga en duda nada de lo que dice, o que se oponga a sus deseos, o se sirva de los canales propios de una democracia para fiscalizar su labor.

Esos libros míos

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