martes, 30 de abril de 2024

Hay que echarlo

 

Lo que hubiera hecho Ayuso, que es una persona adulta y educada, en su lugar es dar explicaciones a los ciudadanos y someterse a las preguntas de los periodistas.

Lo que ha hecho Sánchez es muy distinto. Pensar que se retiró a reflexionar durante cinco días es pueril, puesto que si capacidad de reflexión no se habría comportado de forma tan ridícula. Su capacidad de pensar se agota en el modo de conseguir la satisfacción inmediata de sus caprichos, idea en la cual se centra toda su noción de la ética.

No es que en el PSOE no haya nadie capaz de darse cuenta del disparate y de ponerle freno, es que el PSOE se ha sumido en el mismo ridículo, ha tomado parte activa en el disparate.

No se deben hacer tratos con un partido que carece del mínimo sentido de la seriedad. Los partidos que tengan respeto por el sistema democrático tendrían que romper toda relación institucional con el PSOE mientras no se desprenda de Sánchez.

Escribir una delirante carta ‘a la ciudadanía’ es una absoluta falta de respeto a los ciudadanos. Si no es capaz de explicar razonablemente las dudas que suscitan sus familiares lo que debe hacer es dimitir. Que en su pequeño cerebro no cabe esa palabra lo ha demostrado con el segundo acto de su farsa: buenas tardes, ha dicho a las once de la mañana, y a continuación se ha burlado de todos.

Hay que utilizar todos los resortes que permite la democracia para echarlo. Hay que explicar a los ciudadanos que conservan la capacidad de raciocinio, sean de izquierdas o de derechas, que lo que hace Sánchez, con el apoyo del PSOE, de los golpistas, de los terroristas y de los comunistas es una involución. España se encamina hacia una dictadura de izquierdas, sin seguridad jurídica para nadie, y sin esperanzas de mantener el estado del bienestar.

Es urgente hacer abrir los ojos a todos los que conserven la capacidad de abrirlos.

Esos libros míos

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