Se dicen periodistas, pero en realidad son propagandistas y eso es otra dimensión, puesto que forma parte de otro mundo en el que todo es inventado.
Han firmado un manifiesto en apoyo de Sánchez, que se dice víctima de una conspiración, sin que tengan en cuenta la inexistente relación entre el ser al que defienden y la verdad.
Tampoco se han dado cuenta, porque no les interesa o porque tampoco tienen, de que si la relación de Sánchez con la verdad es de enfrentamiento total, con la educación es peor. Ni tiene, ni tampoco la conoce. Lo demuestra una y otra vez. Cuando se dirigen a él en el Congreso de los Diputados, da vergüenza de su actitud. Debería darse cuenta de que no es Pedro Sánchez quien se sienta en su escaño, sino el presidente del gobierno, que representa a todos los españoles, tanto si le han votado como si no. Debería guardar la compostura para no dejar en mal lugar a quienes representa. Hubo socialistas que si vivieran solo por eso habrían roto el carnet. Me refiero a Félix Pons, Francisco Fernández Ordóñez y Pedro Aparicio. Pero había más.
La penúltima, aunque es difícil seguirle la cuenta, porque no para, muestra de su condición de patán fue cuando hablaba con el Rey exhibiendo una actitud indolente y manteniendo mientras las manos en los bolsillos. Tiene tan poco talento que no se ha dado cuenta de que Felipe VI se comporta de manera digna y extremadamente educada y cortés en todo momento.
Los inchaurrondos no lo captan y él tampoco.
La última, por ahora, muestra de falta de respeto, a todos los españoles hasta a los que como Page lloran, ha sido la bochornosa y ridícula carta. El PSOE ridiculizado.
Veremos qué pasa con Begoña, puesto que ha dicho, en la carta, que está profundamente enamorado de ella, lo cual en boca de un narcisista que siempre miente es para temerse lo peor.
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