Los vascos y las vascas que han votado al PSE, al PNV y a Bildu, y algún que otro partido también amigo de los terroristas, han traicionado a las víctimas de ETA, a las directas y al resto de los españoles a los que se nos quería amedrentar.
Cuando se dice ¡valiente gudari! Hay que entender que el adjetivo valiente se usa en sentido irónico, porque ningún terrorista ha demostrado valor jamás.
Los que homenajean a los terroristas se ponen a su misma altura moral. Como decía Baroja, están un centímetro por debajo del cerdo. Como todos los que han votado alguna de las opciones afines a ETA.
Hay que recordar que el PSOE fundó el GAL, y con ello puso a los ciudadanos decentes al nivel de los terroristas. Aunque parezca imposible que pueda haber algo peor que ETA, sí que lo hubo, porque un Estado no debería rebajarse nunca como lo hizo el GAL.
La opción correcta consistía en lograr el acuerdo general para establecer la cadena perpetua, con lo cual ETA habría durado muy poco y ahora tampoco existiría Bildu.
Quedan casi cuatrocientos atentados por resolver y en ellos, muchos o pocos. Pueden haber participado elementos que van en las listas de Bildu.
El País Vasco se va a la mierda, porque un paisanaje tan envilecido no puede ir a otra parte. El deterioro económico ya se está empezando a notar y pronto lo hará a la carrera. La gente vil lo único que hace bien es el mal.
Queda la esperanza de que Sánchez, el Felón, finalmente caiga antes de lo previsto por él, y más pronto que tarde los jueces puedan trabajar con libertad e investigar todos esos delitos tan ominosos de los que los vascos y las vascas miserables sienten orgullo. La decidida acción de la justicia puede hacer que muchos de esos bellacos y bellacas recuperen la cordura o simulen haberla recobrado.
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