Bien pudiera ser que el homínido supiera que venía el temporal, pero que el Puto Amo no parecía saberlo lo dejó pasar, no fuera a ser que se pusiera celoso. Poder imaginar que la cosas hayan podido ser así da idea de en qué manos estamos.
Una vez ocurrida la catástrofe, con todo el mal hecho, el homínido ya empezó a actuar con cierta lógica, o con mucha, si se le compara con sus compañeros de gabinete. O sea, que el sujeto estaría representando el papel para el que su jefe lo ha elegido, y en este menester pone todo su empeño. Algunos creen que aspira a más, lo cual sería una mala noticia, porque buena persona es evidente que no es, y en este caso no es necesario hablar de forma condicional.
Últimamente ha dicho, con toda su cara dura y con la manifiesta intencionalidad de tener contento al Felón, ha dicho que Ayuso es tóxica y ha contado todo el caso de su novio al revés. No le ha importado enfadar a los jueces y a todo el personal que está relacionado con el asunto. Supongo que a la presidenta de Madrid todo eso le va muy bien, porque cuanto más la ataquen más aceleran la caída de sus enemigos.
Sánchez, el Puto Amo, el Felón, el Hazmerreír, no controla sus pasiones, y la mayor de todas es el odio que le tiene a Ayuso. Por este motivo ya cayó Casado, porque le ocurría lo mismo y se dejó enredar en el juego sucio contra ella. Estúpidamente, el PP eligió a Feijóo para sustituirlo, y éste lleva mucho cuidado para no caer en la misma trampa.
En fin, que el homínido, con su falta de escrúpulos, podría estar estimulando los celos de su jefe, para que vaya más allá y se despeñe. Esta gente tan retorcida es de cuidado.
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