Si no fuera tonto no habría sido elegido por el Felón, de modo que no debe sorprender que le hayan dado el cargo, o el cometido, porque todo apunta a que lo suyo es repetir lo que le mandan.
De momento hay que dejar aparcado, hasta que el juez diga algo, lo de la filtración de un documento confidencial, que con ser algo grave a éste no le parece. Por de pronto, está dando lecciones, en plan turulato, o sea, haciendo el ridículo, pero teniendo claro que el jefe estará contento con él. Si algún día el juez le pregunta algo en serio, veremos si se calla o canta La traviata. De momento, habla y habla sin decir ni una sola verdad, sin sentir apuro por la gravedad del asunto, que es tal que si el presidente del gobierno estuviera implicado y se pudiera demostrar iría a la cárcel.
Pide el pájaro de cuenta este (no se puede tener consideración con quien no la tiene con nadie) que los jueces respeten a los demás poderes del Estado. ¿Es posible que diga una sandez del tamaño de un enorme algarrobo y siga en su cargo? Pues entre los ministros del Felón es habitual que ocurran estas cosas y hay en la izquierda un público altamente sectario que lo aprueba. Esto es lo preocupante, que haya gente que tiene unas neuronas capaces de funcionar y no se alarmen por los disparates gubernamentales que surgen un día sí y otro también.
Ahora vemos que el Felón se siente poderoso porque puede prohibirle al Rey que acuda a un acto oficial al que fue invitado. Seguramente, porque es muy zote, no se ha dado cuenta de que con eso perjudica a los españoles, pero si se hubiera dado, lo habría hecho más a gusto.
Tengo mucha confianza en los jueces (no en todos), al contrario que el gobierno.
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