Piensa que es inmune a todo, porque teniendo el favor del Felón no le puede pasar nada, pero el abogado del novio de Ayuso lo tiene cercado por varios lados. Confía en su preparación jurídica y en el poder presidencial, y no tiene en cuenta la inteligencia.
Creían que tenían agarrada a Ayuso, por medio del juego sucio contra su novio, y les ha salido mal la jugada. Ya intentaron ese juego sucio con su hermano y como consecuencia desapareció Casado del mapa político. Salió bien librado, en comparación con el fiscal general, porque éste es muy difícil que se libre de sentarse en el banquillo de los acusados ante un tribunal de justicia.
Es muy burdo todo lo que hace esta gente que orbita alrededor del Felón, y que a pesar del aviso de Felipe González no se entera de nada. No son capaces de calibrar la inteligencia ajena, puesto que ellos generalmente no tienen, y los que sí no la usan, ni de saber valorar los méritos de personas extrañas a su mundo, ni de darse cuenta de lo que son capaces de hacer. Solo tienen en cuenta sus planes, que están basados siempre en el uso abusivo del poder.
Lógicamente, aunque no entiendan de lógica, esa forma de proceder lleva a que un día les explote todo en las manos. El problema es que cuanto más tarde en explotarles más daño habrán hecho. La suerte es que a veces la debacle les viene por donde menos se lo esperan.
Napoleonchetu (en este gobierno todos son caricaturas), siguiendo instrucciones del Felón, se niega a reconocer a Edmundo González como presidente electo, como han hecho otras naciones, y manda al nuevo embajador a saludar al tirano Maduro.
Ahora juegan, el fiscal y todos, a ganar tiempo, como si lo hubiera de sobra, como si la realidad no se les estuviera echando encima, como si pudieran hacer más trampas para eludir la acción de la justicia.
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