jueves, 6 de enero de 2022

Garzón no se chupa el dedo

 

A estas alturas no debe de haber ningún español que no sepa que Garzón hace más daño a España que el pedrisco. Pero eso a Sánchez le da igual. El psiquiatra Gaona se fijó en algunos detalles suyos: «le pareció poco natural, muy estudiado, se desenvuelve como si tuviese un plan. La manera como camina incluso, la manera como gesticula, el como mira, la sonrisa esa sempiterna que tiene, pero sonríe solo con la boca. Es muy curioso, no sonríe con la cara, no sonríe con los ojos, no lo hace con la expresión facial».

No sólo es Garzón, también Belarra, también Montero, Díaz, el que ha enviado Colau para sustituir a Castells, otro que tal…

La intención de todos estos representantes del peor comunismo consiste en arruinar a España lo más rápidamente posible y lo van haciendo, deprisa y sin pausa. El propio Garzón se mete buenos filetes entre pecho y espalda y está convencido de que no le van a faltar en la vida, pero procura arruinar a todos los españoles que puede, para que no tengan esos lujos a su alcance. Ese es el camino para poder implantar el comunismo en España. Cuanta más gente desesperada haya más votos tendrán los comunistas. Ese es su cálculo.

Es de ilusos esperar algo bueno de los comunistas. Ya se ve que los del gobierno no se privan de ninguno de los lujos que niegan a los demás. Y eso no lo consiguen con talento, que ninguno de todos lo tiene, sino con caradura, mucha caradura.

Algo más, sin embargo, cabía esperar de los socialistas, al menos de buena parte de ellos, pero siguen apoyando al psicópata que ocupa la presidencia de la nación. A él le da igual el daño hecho al final de su mandato, lo que pretende es prolongarlo todo el tiempo que pueda.

Hace falta que quien es capaz de ilusionar a la gente, con lo cual podría acabar con este estado de cosas, encuentre vía libre para hacer su labor.

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