sábado, 29 de enero de 2022

Semejanzas entre Felipe González y Pedro Sánchez

 

Según cuentan las damas, una especialmente perspicaz lo dice este libro

https://www.periodistadigital.com/cultura/libros/20210510/mil-dias-bruselas-teresa-gimenez-barbat-noticia-689404469293/, Pedro Sánchez es un bellezón. Puede decirse que ha llegado a presidente del gobierno por guapo. Sin embargo, al otro le decían: Felipe, capullo, queremos un hijo tuyo y a él le pitan.

De cualquier modo, son más parecidos de lo que se piensa, salvo en que a uno la naturaleza le ha obsequiado con una bonita apariencia física y al otro le ha dado mucho más talento. El más guapo es el más basto y más rudimentario, por eso parece que sean distintos.

Pero ninguno de los dos es demócrata, lo que esta característica se percibe pronto en uno mientras que en el otro hay que analizar sus actos, atendiendo el consejo bíblico, para conocerlo.

Felipe González quería tenerlo todo bajo control. Los medios, la justicia, los sindicatos, y hasta a los empresarios. Lo que ocurría es que entonces todo estaba por hacer. Marcelino Camacho y Nicolás Redondo eran más duros de pelar que estos de ahora, pero la serpiente incubó sus huevos en los sindicatos, o sea, el dejarse subvencionar de forma arbitraria, sin estar la subvención condicionada por unos requisitos. A los jueces les hizo ver, mediante el caso Marino Barbero, lo que les podía pasar si optaban por el atrevimiento. Los intelectuales orgánicos vivieron unos tiempos muy felices bajo el manto socialista. Polanco, en dificultades antes de Felipe González, se convirtió en el rey del mambo entre los medios y en el ámbito de la cultura. En el partido era igual: el que se mueva no sale en la foto.

Alfonso Guerra hacía comentarios crueles sobre Margaret Thatcher, pero ella siempre dio la cara y Felipe González no. Esta es otra de las semejanzas con Pedro Sánchez.

Antes fue Adolfo Suárez. Creíamos que con él aún no habíamos conseguido la democracia plena y resulta que el suyo fue el periodo en que tuvimos más libertades que nunca.

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