sábado, 25 de marzo de 2023

Ana Rosa le ganó el juicio a Iglesias

 

Hablo de memoria, no guardo recortes, pero creo que recuerdo bien. Por aquel entonces aparecían noticias en las que los directivos de las residencias de ancianos habían hecho peticiones a Iglesias, sin que ni siquiera les respondiera y que nunca había visitado ninguna.

El caso es que el presidente del gobierno era Sánchez e Iglesias ocupaba una de las vicepresidencias. Había dicho, ufano, en la televisión que asumía el mando sobre las residencias. Que luego se dedicara a ver series, y recomendarlas, es otra cuestión.

Desde entonces, él y los demás podemitas se han dedicado a tratar a Ayuso como criminal y culparla hasta de la crucifixión de Cristo.

Cuando China dio el aviso ya era tarde, porque el virus se le había escapado y andaba por el mundo. En noviembre de 2019 hubo un congreso en Barcelona y se piensa que fue entonces cuando el virus chino entró en España. La enfermedad que provoca todavía no se conocía y sus síntomas pudieron pasar desapercibidos.

En enero de 2020 ya se sabía que el virus andaba por Europa. Cavadas dio la voz de alarma, no como médico, sino como ciudadano que observa el mundo: Si en China han recluido a 60 millones de personas y están construyendo un megahospital en dos semanas es porque el asunto es grave. Se le censuró públicamente, porque esa no es su especialidad médica.

Desde medios oficiales se decía que no había ningún peligro, por lo que no había que tomar medidas, etcétera. Lo que había que celebrar era la manifestación del 8 de marzo.

El 14 de marzo fue cuando el gobierno tomó medidas, algunas de ellas resultó que eran inconstitucionales. El virus chino ya se había expandido, los hospitales ya estaban desbordados, la catástrofe, en todos los sentidos, fue aterradora.

Si se hubieran tomado medidas en enero, los contagios se habrían producido de forma escalonada y todo habría sido más manejable. Pero tenemos el gobierno más incompetente de todos los tiempos. Iglesias, al poner la querella, demostró que anda escaso de vergüenza.

Esos libros míos

 

 

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