He visto a Juan Ramón Rallo con datos y argumentos rebatiendo, uno tras otro, a una larga serie de ministros y diputados podemitas, que vienen atacando a Mercadona con bulos y mentiras, y ninguno de ellos se inmuta, porque les da igual que sea verdad o mentira, lo que pretenden es captar los votos de la gente embrutecida y envidiosa.
El caso es que Sánchez, que presume de doctor en Economía y que en alguna de sus famosas ensoñaciones dijo que quería ser recordado como el que arregló la economía española, consiente que sus ministros ataquen a una empresa que si tiene beneficios es precisamente por el modo tan eficiente con que está gestionada.
Todo en Mercadona está minuciosamente medido al milímetro. Bastaría un pequeño desorden o acaso incluir diez o doce productos más en las estanterías para que los beneficios se trocaran en pérdidas.
Creerá Sánchez que esos ataques podemitas a empresas bien gestionadas le van a salir gratis. Y no puede ser. Un presidente del gobierno que se precie no debería consentir eso. Pensará que puesto que esas agresiones podemitas no tienen repercusión, puesto que los compradores siguen acudiendo igual a Mercadona, no pasa nada. Pues sí que pasa, porque si no hacen caso de los bulos es porque conocen a quienes los lanzan y si los conocen también saben que son ministros o diputados del partido coligado con el PSOE, de modo que el descrédito le alcanza.
Y si les hicieran caso y el personal dejara de ir a Mercadona, la catástrofe sería mayúscula, porque un elevado número de trabajadores iría al paro.
Un dirigente serio no debería permitir eso jamás. Pero es que las respuestas que recibe Juan Ramón Rallo demuestran la mala intención de los podemitas y su desprecio de la verdad. ¿Qué hace un partido como Podemos en el gobierno? Mientras Mercadona crea puestos de trabajo, Podemos los destruye. No le puede ni le debe salir gratis a Sánchez.
Esos libros míos
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