Fantaseaba Sánchez con sustituir a las levantiscas podemitas, que no solo no se le someten, sino que con su ineptitud le crean un problema tras otro, por ‘Sumar’, un partido que se debería inventar Yolanda, más manejable que aquellas, que estaba dispuesta.
Pero ha sido la última barbaridad que han hecho, la que ha dejado en la calle a violadores y pederastas, la que ha desbaratado las esperanzas electorales de Sánchez, si es que le quedaba alguna.
Los podemitas ya llevan tiempo cavando trincheras, en previsión de perder el gobierno, pero en el caso de que no lo pierdan tampoco les viene mal, porque es el hábitat en el que se sienten más cómodos.
El caso es que la jugada de Sánchez no le sentó nada bien a Iglesias e hizo sonar los tambores de guerra. Quienes no se sometan a sus designios pasarán hambre. Cogida entre dos fuegos, Yolanda optó por el pragmatismo. Desvanecida la posibilidad de formar parte del futuro gobierno, en el que ya no estará Sánchez, se ha plegado a los deseos de Iglesias. Votó en contra de reformar la nefasta ley de Irene Montero.
Queda por ver si en su nueva etapa optará por volver a ser morena y vestirse de guerrillera de nuevo, o seguirá disfrazándose de pija rubia.
Otra cuestión de interés es la actitud de la sociedad con este grupo comunista, ahora que ya se les conoce de sobra y ya no pueden engañar a nadie, como ocurrió en un primer momento, en el que muchos quisieron ver en ellos unas virtudes que están muy lejos de poseer, como se ha ido comprobando a lo largo del tiempo.
La trinchera que están excavando desde hace algún tiempo tiene finalidad que algunos de ellos puedan seguir viviendo sin trabajar.
Las posibilidades que llegaron a tener en un momento dado fueron muchas, pero afortunadamente no las supieron aprovechar.
Esos libros míos
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