Dicen los articulistas: Sánchez tiene en la cabeza… Pues no, Sánchez no tiene en la cabeza más que autoalabanzas. El mito de la resiliencia ha calado, incluso los hay que lo admiran. Pero su resistencia se verá cuando tenga que salir de la Moncloa, que eso será un drama para él. Lo que ha demostrado hasta el momento es que no tiene escrúpulos de ningún tipo y le han salido bien todas las traiciones porque el PSOE se ha dejado hacer todo.
En el pecado lleva la penitencia, porque el PSOE está muerto. La expulsión de Leguina, más por el modo en que se hizo y por los motivos que por el personaje, aunque también, acabó con los últimos vestigios de idealismo que quedaban en el partido. Quedan aquellos cuya prosperidad depende de la permanencia del partido en el poder y los sectarios acríticos. Los socialistas razonables y con deseos de un mundo mejor no volverán a votar al PSOE salvo que lleve a cabo una refundación total.
Pero es que si Sánchez tuviera algo en la cabeza no se rodearía de gente como Pachi López. Ni habría convertido en un guiñapo a Marlasca. Por citar solo a uno. Porque todo aquel, y toda aquella, que pasa por un ministerio de Sánchez acaba moralmente hundido. Todos son cómplices de tantas fechorías… Y creen que no pasa nada, que la diosa Impunidad los protege.
Lo invita Xi Jinping a ir a China y él allá que corre. Con tal de salir en la televisión… Con tal de creerse alguien importante… ¿Pero qué se cree que puede conseguir en China? Putin, en una acción criminal e indefendible moralmente, invadió Ucrania y China saca beneficio de ello. Si Xi Jinping ha invitado a Sánchez no puede ser más que en calidad de tonto.
Un tipo que dice: pasaré a la historia, entre otras cosas…, no tiene más actividad cerebral que la propia de un narcisista.
Esos libros míos
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