Dos ayuntamientos del PP han cancelado los conciertos de José Manuel Soto que tenían programados. El cantante hizo unos comentarios algo exagerados, pero los ayuntamientos se han excedido claramente en su decisión. Eso es un abuso. Si no hubiera tenido contratadas esas actuaciones no habrían podido hacerle nada.
Esos ayuntamientos, o esos alcaldes, podrían haber dicho que no están de acuerdo con los insultos vertidos por el cantante y de ahí no deberían haber pasado.
El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente. Han visto que tenían la posibilidad de hacerle daño al cantante y contaban con una excusa para ello y se lo han hecho.
Lo de Soto ha sido además un arranque debido a la frustración y la impotencia. Sánchez es un tipo nefasto, que hace mucho mal, y se alía con terroristas, golpistas, delincuentes, etcétera, y sus votantes no quieren el bien para España, sino que disfrutan pensando en la catástrofe que viene. Esto está en Twitter, no me lo invento yo, basta con dar un vistazo a la red de Elon Musk.
En cambio, hay muchos ‘artistas’ -pongo las comillas por siempre piden subvenciones, o sea, que no viven de su arte-, que estos sí intentan ofender de todas las maneras posibles. Y los panfletos de izquierdas les aplauden y ‘explican’ los ‘fundamentos’ de su acción. O sea, que nos ofenden, nos toman el pelo, y encima los remuneran con nuestros impuestos.
En otras palabras, hemos de aguantar que nos meen y nos conviene decir que llueve.
Y estos del PP, acomplejados, como es costumbre en este partido desde su fundación, han desaprovechado una ocasión propicia para callar, o en todo caso para decir lo justo, y queriendo ser más papistas que el papa, más demócratas que quienes inventaron la democracia, más educados que el Rey de España, han demostrado que son los más idiotas.
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