martes, 8 de agosto de 2023

La fuerza de los secesionistas

 

Ellos prefieren llamarse independentistas y hay muchos que caen en la trampa y aceptan ese marco mental. Lo que no es ni ha sido nunca una colonia no se puede independizar.

Ellos siempre hacen trampa en todo y es difícil que digan una verdad. No habría que jugar el partido en un terreno de juego montado por ellos y que encima eligen la parte en la que se ha de desarrollar el juego. Y a los sinvergüenzas hay que llamarles sinvergüenzas, porque si se les da otro nombre que no sea ese ya se les ha concedido ventaja.

Pasemos a la realidad, los argumentos del separatismo. La única posibilidad que tienen los separatistas de conseguir sus propósitos es coger una escopeta cada uno y echarse todos al monte. Si no hay mucha gente dispuesta a hacer esto es que no hay motivos para lo que quieren, que todo es un capricho de cuatro desgraciados. O cuatrocientos.

Es que los vascos sí que cogían la escopeta. Pues no, porque esos no luchaban, sino que asesinaban de forma cobarde. Y la Guardia Civil, con una legislación adecuada, o sea, cadena perpetua para los terroristas y grandes criminales, habría acabado con la banda en muy poco tiempo.

Que esta gente tan descerebrada pueda concurrir a las elecciones, con ventaja sobre los demás, y, por consiguiente, sea decisiva en el gobierno de la nación es un fallo grave del sistema español.

Los españoles estamos a merced de un loco, de unos golpistas que tampoco tienen todos los tornillos en su sitio, de unos terroristas, de unos estalinistas, es decir, mucho más extremados que los eurocomunistas, de unos catalanistas que se dicen valencianistas, o sea, que son mentirosos, lo cual viene a demostrar que quienes diseñaron el sistema o no pusieron toda la atención que era menester, o son tan zotes como los votantes de Sánchez, que no se dan cuenta de que gobierna para sí mismo.

Esos libros míos

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