Días atrás y desde todos los puntos cardinales de España, norte, sur, este y oeste, surgieron plataformas que demandaban un gobierno PP/PSOE. Todas eran promovidas por socialistas ilustres. Siendo este el caso, había que dar por sabido que eran conscientes que para conseguir lo que proponían era necesario desembarazarse previamente de Sánchez, puesto que, como es público y notorio, siente un odio africano hacia el PP. Y esta incapacidad suya para controlar sus pasiones es, en sí misma, descalificante para presidir el gobierno de España. No debería permitirlo la ley.
He leído el artículo de Leguina con la esperanza de encontrar alguna mención a esos citados intentos, ya que conoce perfectamente el partido por haber estado tantos años en él.
Pues no ha dicho nada sobre esas propuestas, lo que significa que en ningún momento les ha dado validez. Los debe de haber considerado como juegos de sombras para distraer al personal. Quizá los promotores, obedientemente, hayan hecho lo que les habrá mandado Bolaños, o algún otro igual de tonto.
No obstante, en el artículo de Leguina sí que se destila algún hálito de esperanza. No es descabellado pensar en una repetición electoral.
Claro que eso tiene un peligro para el PP y, sobre todo, para los españoles, todos, incluidos los tontos que votan a Sánchez sin darse cuenta de que trabaja, es un decir, para su propio beneficio personal, porque puede perder la mayoría absoluta de que goza en el Senado.
Esperemos que si se da esa repetición electoral, Feijóo no cometa los errores de la pasada. Que no colabore en la estigmatización de Vox, sino que recalque lo que debería saber todo el mundo y ya explicó convenientemente Ayuso cuando le pusieron la primera trampa: prefiero pactar con el partido de Ortega Lara que con los socios de quienes lo secuestraron.
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