lunes, 4 de septiembre de 2023

En memoria de Antonio Escudero Ríos

 

El pasado sábado falleció Antonio Escudero Ríos, Doctor en Filosofía. En sus últimos días me tuvieron al corriente de su situación y luego me avisaron cuando se apagó su vida sus sobrinos Dulce y Alejandro.

A Antonio le gustaba presumir de que era hermano de Isabel, la gran poetisa extremeña, que nos dejó unos años antes que él. «Cuando se vaya el Amor / me haré a la mar, corazón; / que en el hombre hay dos empeños: / despierto, el Mar / y el Amor, en sueños.

No citaré a nadie más. El protagonista es Antonio y tuve el inmenso privilegio de ser elegido por él como amigo y también hubo que me avisó de que había tenido mucha suerte, que supiera apreciarlo.

Antonio era, moralmente, una roca. Era imposible esperar nada malo de él, un desprecio, una traición. Hace falta mucha fuerza de voluntad para ser buena persona. Se ha ido y nos ha dejado solos, pero si existe el cielo es seguro que ha salido ganando, porque en ese caso es seguro que Dios le tendría reservado un puesto estelar. Esta gente tan humilde suele pasar desapercibida o no se les hace mucho caso. Pero cuando yo hablaba con él de esto, aquello o lo otro, se percibía claramente que tenía un juicio formado y era suyo, sin influencias de nadie. Su criterio era firme y certero y no tenía nada que ver con lo políticamente correcto. Era afable, cordial y muy educado.

Hace tantos años que lo conozco que recuerdo cuando entablamos amistad, pero creo que fue a través de un amigo común, Pancracio Celdrán Gomariz, otro personaje singular, que también nos dejó hace unos años.

Mi relación con Antonio tuvo que ser, pues, por correo electrónico y por teléfono, pero casi siempre que fui a Madrid pude abrazarlo y charlar un poco con él.

Un hombre distinto de lo que vemos habitualmente, alguien que en lugar de pretender el éxito social intentaba ser mejor persona cada día y a fe que lo consiguió. Le deseo que haya conseguido el premio que ese esfuerzo merece.

Esos libros míos

No hay comentarios: