La nefasta AVL es el caballo de Troya de la lepra catalanista. Los valencianos no tenemos ninguna necesidad de gastarnos una millonada cada año en mantener algo que nos perjudica.
Este nefasto ente fue uno de los pagos que le hizo Aznar a Pujol para obtener sus votos. Otro consistió en desmantelar al PP de Cataluña. Zaplana traicionó a los valencianos inventando esa cosa que sobra, porque el catalanismo es destructivo, como se puede comprobar echando un vistazo a todos los lugares en lo que ha logrado asentarse. Zaplana llevó a cabo la traición, satisfecho de su astucia seguramente, y Camps la consolidó, incrustando a la maldita AVL en un Estatuto nuevo que nadie pedía, y es muy posible que todavía no se haya dado cuenta de la barbaridad que hizo.
Falta que venga alguien que tenga categoría y que no se acobarde ante los catalanistas, agresivos, faltones y amenazantes siempre, y consiga que las aguas vuelvan al cauce del que nunca debieron salir.
La Real Academia de Cultura Valenciana y Lo Rat Penat, tienen más de cien años y venían cumpliendo perfectamente la función que les ha suplantado arteramente ese que se autodenomina ente normativo y que está de sobra.
Puesto que esos sinvergüenzas que se llevan el dinero de los valencianos a cambio de perjudicarlos dicen que aquí se habla catalán, lo correcto es que dimitan, porque los catalanistas ya tienen el IEC.
El consejero Barrera, contra el que se viene haciendo una campaña muy sucia e imbécil, no se ha arredrado, como sí que ha sido el caso de Mazón, al que ya se le puede vaticinar que los catalanistas se van a aprovechar de su debilidad.
La deuda de la Comunidad Valenciana es desorbitada, porque Chimo Puig gastó muchos millones en fomentar la lepra catalanista. Hay que eliminarla por completo y eso va a llevar mucho tiempo y cuanto más se tarde en empezar, será peor. El PP debería encontrar alguien que tenga arrestos para ello y sustituir a Mazón.
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