lunes, 18 de septiembre de 2023

Sánchez no será presidente

 

No es una noticia, sino un pronóstico que me atrevo a hacer. Es cierto que los españoles hemos soportado con resignación la larga serie de marranadas de Sánchez, pero este hábito adquirido a causa de las circunstancias históricas de España no ahoga del todo el hábito de pensar y ya son muchos los españoles que lo catalogan como el Felón, y si no fuera porque Feijóo, en su torpeza, alentó el miedo a Vox, no estaríamos pasando por esto.

De momento, la inutilidad que ejerce como portavoz del gobierno, de un modo que no puede ser más ridículo, ha dicho que hay dos PSOE, el antiguo y el nuevo. La división no es así exactamente, sino la de los que están cogidos por la nómina y los que no.

Los panfletos, en su labor propagandística, aducen que la Constitución apenas ha sufrido cambios desde que fue aprobada. Callan que el cambio que se propone ahora no es para mejorarla, sino simplemente para que Sánchez pueda seguir siendo presidente, porque es uno de los requisitos que le exige un tipo nauseabundo y vil. ¡Qué vergüenza para España que la reelección del presidente dependa de un prófugo gallináceo que además impone sus condiciones!

Lo primero que hizo Pedro Sánchez al reconquistar la Secretaría General del PSOE fue capar al partido, pero seguramente lo capó mal.

Porque no se han dado cuenta estos adanes de la izquierda que la Constitución que intentan reventar a coces es obra primordialmente del PSOE. Fue el partido que más peso tuvo en su redacción. Quien no se lo crea puede buscar en la hemeroteca de El País los últimos artículos de Peces-Barba y comprobará que el denuedo con que defendía la Ley Fundamental es prueba de que la consideraba suya. Pero también pueden fijarse en cómo la defienden actualmente Felipe González y Alfonso Guerra.

¿Cómo puede consentir España que Pedro Sánchez, que no es más que un niñato caprichoso y maleducado, lo rompa todo?

Esos libros míos

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