Ha sido muy aplaudido el artículo de Nicolás Redondo Terreros en el que anuncia su marcha del PSOE y acaba hablando de dignidad. Pero claro, si lo comparamos con los demás socialistas, casi todos, y muchos del PP su gesto es digno. Pero la comparación no hay que hacerla con la gente indigna, sino con lo que debería haber hecho para ser digno.
Durante todo el tiempo ha estado votando al PSOE, cuando este partido no ha hecho más que maldades -el felipismo sociológico, el Gal, el control de los jueces, etc.-, votó a Zapatero, a pesar de la contrastada maldad de éste, y últimamente ha estado votando a Sánchez, de cuyo gobierno lo más suave que se puede decir es que está compuesto por gente degenerada y la inteligencia de parte de ella debe de estar por debajo de lo normal.
O sea, que en ningún momento se ha preocupado por el bienestar de los ciudadanos, sino por el partido, y lo deja porque ya no le gusta cómo es.
Ya he dicho anteriormente que los gobiernos de Aznar y Rajoy, especialmente el del primero, me parecen catastróficos.
Vuelvo a Redondo Terreros, que en el citado artículo echa toda la culpa de la guerra a la derecha, por lo que está claro que la ecuanimidad no es su fuerte.
Sin olvidar que su partido apoya a Urcullu, del que puede decirse después de la propuesta que ha hecho, que se le debe de haber caído algún tornillo, porque no está bien de la cabeza, y a su vez Otegui y los suyos apoyan al PSOE, con lo que resulta que hay mucha indignidad acumulada a lo largo del tiempo, como para poder borrarlo todo rompiendo el carnet a estas horas, cuando ya el mal está hecho y la catástrofe la dan muchos por inevitable. Si hubiera conseguido arrastrar a unos cuantos diputados del PSOE...
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