Ellos se dicen de otro modo, claro. Saben que la palabra dictadura no es muy apreciada, por lo que la sustituyen por democracia, que goza de gran aceptación, aunque poca gente sabe en qué consiste exactamente. Ahora mismo que está en juego la democracia se están diciendo muchos disparates por parte de personas que tienen la obligación de conocer el concepto.
Este grupo de jueces y juezas, dicho por orden alfabético, no se han sumado nunca a las demás asociaciones de jueces en la demanda de la necesaria independencia judicial, con lo que demuestran que prefieren que los jueces estén sometidos al Ejecutivo. Como en Cuba y Venezuela, por citar dos dictaduras nada más.
Pero es buena noticia que tanto El País, transformado ya claramente en panfleto, y esa asociación de jueces, hayan salido al rescate de Sánchez, lo que demuestra que está encontrando resistencias muy fuertes. En este caso, por parte de la inmensa mayoría de los jueces.
Quizá Puigdemont se dé cuenta de que lo suyo no va a poder ser, porque, además, Bolaños ha conseguido poner en contra suya a la UE. Es tan tonto que se ha creído que allí le iban a tolerar todo y no ha sido así. En España aguantan sus mentecateces los apesebrados, pero nadie más.
Los jueces y los periodistas, que han estudiado, tienen la obligación de saber que para que haya democracia la ley ha de estar por encima de todos. Si está supeditada al poder, es dictadura. Algunos altos magistrados han podido estar al servicio del poder y causado, por tanto, daños considerables a la democracia. Cuando los jueces obedecen a los políticos causan daño. Siempre. Que eso no lo sepan muchos diputados es normal, porque para serlo no hace falta nada, pero quienes tienen un cierto nivel cultural están obligados moralmente a saberlo.
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