lunes, 4 de diciembre de 2023

Marisa Paredes, impresentable

 

Esta actriz tuvo mucho protagonismo durante el franquismo y ya posteriormente se conoce que se ha integrado en el grupo conocido como ‘los de la zeja’, cuya especialidad consiste en vivir a costa de los españoles, de todos, pero luego denigrar a buena parte de ellos.

No solicitan subvenciones, sino que las exigen. Arturo Fernández vivía de su trabajo, de sus taquillas, y por ello, moralmente, tenía derecho a decir lo que quisiera, porque si se granjeaba la enemistad de parte del público el perjudicado era él.

Estos subvencionados, en cambio, siempre salen ganando. Enojen a quien enojen, o quizá por ello, el dinero siempre les llega.

Seguramente, Ayuso habrá ido al cine o al teatro a ver películas u obras en las que aparecen Concha Velasco o Marisa Paredes y lo habrá hecho pagándose la entrada. Y Marisa Paredes ha querido echarla del funeral, es seguro que en ningún momento ha pensado en devolverle el dinero que ha pagado por esas entradas, ni tampoco la parte que le corresponde de las subvenciones.

Lo que ha pretendido con ese insulto a la presidenta de Madrid es ganarse las simpatías de los sectarios, de los de su tribu. Hay que recordar que el sectarismo es una de las formas de la perversidad.

Un suceso parecido fue el de Pachi López cuando impidió que Rajoy diera el pésame a la familia de Isaías Carrasco, que fue asesinado por ETA. Luego ya se ha visto que ha traicionado a todas las víctimas del terrorismo, incluido Isaías Carrasco. La madre de Joseba Pagazaurtundúa, en una memorable carta, le recuerda las promesas que le hizo todas incumplidas, sin que a él le inquiete ni preocupe nada, hasta el punto de que se atreve a dar lecciones de moral.

La gente sectaria es así, no tiene vergüenza ni miramientos. Se rige por los códigos de su tribu, con la finalidad de saquear a los demás.

Esos libros míos

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