Hubo
un tiempo en que las patrias tenían sentido, y para su construcción
e idealización intervenían las personas más nobles y de ideales
más elevados que habían nacido en ellas. Eran capaces de hacer
grandes sacrificios o de renunciar a lo más preciado para ellos por
una causa justa.
Hoy
en día las patrias son realidades que están en el mundo a la espera
de que las circunstancias permitan cambiarlas, para levantar una
realidad mejor. La ciencia ha dado paso a la aldea global y la
pregunta que cabe hacerse hoy es si es justo que un español nos
merezca más afecto que un senegalés o un alemán. Para facilitar la
respuesta basta con suponer que el español sea Eguiguren, Junqueras
o uno cualquiera de los que tienen su dinero en un paraíso fiscal.
Las
patrias, en la actualidad, hacen que sea muy difícil luchar contra
la crisis, contra la pobreza, y contra un sinfín de cosas más.
Contra la crisis, porque cada una toma unas medidas diferentes;
contra la pobreza, porque los habitantes de unas regiones tienen más
derechos que los de otras (un etíope no tiene los mismos derechos
que un canadiense).
En
este contexto, los hay que pretenden construir patrias pequeñitas.
Pero héroes como los de antaño no se ven por ninguna parte. Lo que
se ve es mucha mezquindad y aun cosas peores. En el caso del gobierno
vasco, se ve que trata de dar gusto a los etarras. Una buena parte
del pueblo vasco miraba hacia otro lado, cuando Eta cometía sus
fechorías. Esa parte del pueblo vasco está retratada en el libro
Mal
consentido. Quienes fueron cómplices pasivos de los etarras
necesitan justificarse ante sí mismos y para ello han de justificar
también a la sanguinaria banda. Ellos son los votantes de los
partidos proetarras. Y a esos precisamente trata de ganarse el
gobierno vasco, con su decisión de investigar las supuestas torturas
de la policía.
Digo
supuestas porque no se entiende que la policía torture y queden
muchos más de 300 crímenes por resolver. El simple hecho de que un
asesino reconozca ante una víctima su asesinato, como ha ocurrido
hace poco, demuestra que la policía no se lo ha preguntado. Además,
doscientos mil vascos tuvieron que abandonar su tierra, hecho este
que no preocupa demasiado al lendakari. ¿Qué clase de patria se
cree que está haciendo?
'Las lunas de Miles Davis'
'Dragoste y Los finales y los sueños'
'Yo soy el hijo de Franco'
'¡Abajo las armas!'
'El amor no es un verso libre'
'Figuraciones mías'
'Fuga y contrapunto'
'Pasos de baile y otros relatos'
'Dragoste y Los finales y los sueños'
'Yo soy el hijo de Franco'
'¡Abajo las armas!'
'El amor no es un verso libre'
'Figuraciones mías'
'Fuga y contrapunto'
'Pasos de baile y otros relatos'
No hay comentarios:
Publicar un comentario