Con
respecto a la guerra de Ucrania se podrían examinar muchos detalles,
pero me propongo resaltar sólo dos cosas.
La
primera de ellas es que Obama ha recurrido a la ONU y lo que ocurre
es que este organismo internacional no es lo que debiera ser. Y no lo
es, principalmente, porque Estados Unidos, Inglaterra y otros países
poderosos no quieren renunciar a sus privilegios, ni tampoco respetan
ni cumplen las resoluciones que no les convienen. Por supuesto que
Rusia y China actúan exactamente igual, si no peor. Y ocurre que la
ONU es absolutamente necesaria, porque hay muchas guerras en el
mundo, muchas matanzas y muchas violaciones de los derechos humanos.
Algún día tendrán que darse cuenta esos países poderosos de que
su egoísmo es muy nocivo para el mundo. Obama, el primer presidente
negro en la historia de los Estados Unidos está perdiendo una
ocasión de oro para intentar algo grande en este sentido.
La
otra cuestión que conviene señalar es el papelón de la Unión
Europea en este conflicto. Dado que puede salir fuertemente
perjudicada, es primordial que haya una política común entre todos
los países que la componen y una postura que revelara la
determinación de todos, como si la Unión Europea fuera un único
país, en la defensa de la decisión adoptada.
La
ONU y la Unión Europea son absolutamente necesarias, pero como viene
siendo habitual, porque no puede ser de otro modo, los nacionalismos
ponen palitos en las ruedas del progreso de la humanidad.
La
humanidad, no debería hacer falta que se dijera, comprende a las
personas, mientras que los nacionalismos se refieren a unos entes
arbitrarios. Las fronteras no existen para las aves, ni para los
peces, que no saben si nadan en aguas de España, Francia o Italia.
Por culpa de los nacionalismos muere mucha gente todos los años.
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