“Iñaki,
sabemos lo importante que eres para el PP en toda España”, dijo
Cospedal. Es posible que lo sea; si Cospedal dijo eso ella sabrá por
qué.
Para
los españoles, en cambio, es más importante Covite,
que es la asociación que se preocupa por la dignidad de todos. Las
víctimas del terrorismo lo son en el intento de la banda de la banda
de atemorizar a todos, para subvertir el modo de vida y condicionar
la convivencia social.
La
banda intentó once mil asesinatos, amenazó y extorsionó sin tregua
y obligó a doscientas mil personas a abandonar el País Vasco. Y ha
sido Covite, precisamente, la que ha denunciado a Eta ante el
Tribunal Internacional de La Haya, para que sus delitos no
prescriban. No han sido el PP, el PSOE, ni, por supuesto, el PNV, que
puesto que se nutren del dinero de los impuestos tenían la
obligación moral de hacerlo. Los partidos que mantienen la misma
actitud que Covite ante el terrorismo son muy pocos. Creo que sólo
UPyD, Ciudadanos y el reciente Vox.
Por
parte del PP, cabe recordar que fue precisamente Oyarzábal quien
lanzó insidias contra Covite y si ahora ha sido apartado de su cargo
no es por ello. El PP no desautorizó en ningún momento a quien en
aquellos momentos era el secretario general del PP en el País Vasco.
Covite,
cuya presidenta es Consuelo Ordóñez, mujer que, a pesar de su
coraje tuvo que abandonar San Sebastián, tal es el poder de Eta en
esa ciudad, tiene elaborado un balance del dolor muy expresivo y
contundente. Sin embargo, el final parece condicionado por el
ambiente actual al que tanto ha contribuido el PP. El párrafo final
comienza diciendo: Si Eta tiene voluntad sincera de paz...Eso
es imposible. Eta no puede tener voluntad sincera de paz. El fin de
Eta no puede llegar más que de la mano de la policía y la Guardia
Civil. Arzalluz lo sabe.
No hay comentarios:
Publicar un comentario