Un demócrata sabe que en democracia las leyes deben cumplirse, y quien no lo sepa no es demócrata. Se puede estar de acuerdo o no con muchas leyes, pero mientras estén en vigor hay que cumplirlas. Cuestión distinta sería en una dictadura o colonia. España nunca ha tenido colonias, sino que todas las partes en que pudieron estar divididos sus territorios tuvieron consideración de provincias.
El caso es que la leyes españolas permiten el transfuguismo y mientras esté permitido, por feo que parezca, hay que aceptarlo. Y mientras los partidos políticos no se pongan de acuerdo para cambiar las leyes que lo permiten va a seguir sucediendo.
A alguno que ha tomado esta deriva le están haciendo acoso moral. Esto es mucho peor que el transfuguismo. La prueba es que Podemos lo fomenta y practica. Cualquier cosa que haga o aliente la extrema izquierda está mal. Seguramente se podría decir lo mismo de la extrema derecha, pero es que en España no hay, y la que pueda haber es irrelevante. Hay un partido al se cataloga como de extrema derecha, pero no lo es. Desde el momento en que acepta totalmente las leyes y las respeta no lo puede ser.
Los que practican el acoso moral son asesinos en potencia, porque son muchas las víctimas de esta lacra las que se han suicidado, muchas más las que han quedado con secuelas para toda la vida, y sobre todo porque el desenlace lógico, lo que en el fondo se persigue al hacerlo, es el suicidio.
El acoso moral lo practican personas muy cobardes, porque se unen a muchas otras y confían en la impunidad, y malignas, porque disfrutan con el sufrimiento de la persona a la que han elegido como víctima.
El tránsfuga puede haber hecho algo feo, pero lo que hacen quienes le acosan es mucho peor.
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