Hay que repetir una y otra vez, al menos hasta que haya una mayoría que sea consciente de eso, de que todo demócrata exige la independencia del CGPJ y de los medios. Sin embargo, Podemos, y especialmente su líder Pablo Iglesias, desean controlar ambas cosas, lo cual es propio de los fascistas.
¿Es correcto condenar discursos como este de Pablo Iglesias?:
https://twitter.com/PabloIglesias/status/1386744874473566217
Por supuesto. Señalar a periodistas porque no se rinden a sus ‘encantos’ es una prueba más de fascismo. Se lo han dicho:
https://twitter.com/Tonicanto1/status/1386603442148454400
Tampoco inventa nada cuando se sirve de la seriedad asnal para hablar: «Cubre el traidor sus malas intenciones / con rostro grave y ademán sincero, / y adorna su traición con las razones / de que se precia un pecho verdadero». Quienes lean ‘El gallardo español’ lo verán.
Para asumir los cargos que le regalado El Felón, otro que tal, ha tenido que comprometerse a cumplir la Constitución y declarar fidelidad al Rey.
Ha llegado a la política para amenazar y acosar a los demócratas y premiar a quienes aceptan ser esclavos suyos. Es un personaje sombrío y malasombra, pero, para fortuna de los españoles, ha salido el sol:
https://twitter.com/VicenteTorres/status/1386921715939303425
Gracias a ella ha salido del gobierno, España le debe una, y es posible que las cosas nos salgan todavía de mejor modo, porque sus antiguos votantes se decantan por el partido de su enemigo y hasta es posible que Montera, Montere, Montero se decante por votar a esta persona
https://twitter.com/ElenaBerberana/status/1385882130870411265
que también se las inventa sobre la marcha:
https://twitter.com/Miss_Bennet7/status/1385169789312802817
Contrariamente a lo que podría pensar El Felón, que se cree el primero en todo, la mentira no es propiedad suya, ni tampoco tiene la exclusiva. Del embuste y el engaño se sirven los comunistas desde el primer día. Y de la algarada, la agitación, y el establecimiento del clima del terror. Aparentemente, les han salido mal las cuentas en Madrid, en donde la gente aprecia más que en otras partes la libertad.
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