domingo, 4 de abril de 2021

La realidad de Miguel Ángel Blanco

 

La autopsia reveló el intenso sufrimiento de Miguel Ángel Blanco, por lo que la muerte vino en su ayuda. Estando en las manos que estaba, no cabía otro fin.

¿Qué será de él ahora? Una de las hipótesis es que no está en ninguna parte, puesto que ha muerto y de su cuerpo no deben de quedar más que los huesos. Pero no hay ninguna seguridad de que eso sea así, por más que abunden los que insisten en que no hay más posibilidades.

En vísperas de su muerte, Sócrates, que no se chupaba el dedo, dijo que nadie ha vuelto del Más Allá para contar lo que ha visto, así que no tenemos ni idea del asunto.

Lo que sí tenemos es imaginación. Podemos servirnos de ella para pensar en cómo puede ser esa hipotética nueva dimensión. No parece probable que allá exista la opción del autoengaño, a la que tanto se recurre en vida. El ser humano necesita creerse bueno y para ello busca razones con que justificar el daño que causa, cuando se da el caso. Etarras como Otegui y otros reivindican su derecho a hacer daño.

En esta otra dimensión, seguramente, esto no será posible. Si Miguel Ángel Blanco está en ella, todo ese sufrimiento injusto, causado por otros sin que él le buscara, habrá sido suficiente para redimirlo de todas culpas anteriores, y estará observando compasivamente lo que les espera a sus asesinos, a quienes disculparon a sus asesinos y a quienes votan a partidos cómplices de sus asesinos.

En ese supuesto, Arzalluz, que se refirió cínicamente a las manifestaciones por Miguel Ángel Blanco, no debe de poder soportar su mirada, o lo que pueda haber en esa dimensión. El que le disparó puede estar jactándose ahora de su ‘hazaña’, pero si vislumbrara que en el otro mundo puede tener que enfrentarse a sus hechos, debería estar temblando de miedo y arrepintiéndose de lo que hizo.

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