En el libro https://www.amazon.es/2016-A%C3%B1o-bisiesto-Diario-particular/dp/1979493758, cuya portada la ocupa un tuit de Pedro Sánchez que lo define perfectamente, escribí lo siguiente: […] Mayor mezquindad, imposible. Mientras la izquierda no reconozca su parte culpa en esa contienda que tanto daño hizo a España, la guerra civil no se va a acabar [...]
Un jugoso articulo de Andrés Trapiello titulado ‘Ni largo ni caballero’ incide en esta idea. Y es que el actual gobierno de España está formado en su totalidad por sinvergüenzas. Lo son por muchas razones. Forman parte de este gobierno unos cuantos comunistas, siendo el comunismo una ideología justamente condenada por la UE, por haber causado más muertes que ninguna otra. Con toda su cara dura, reivindican el papel del comunismo en la Transición, cuando aquello fue un comunismo rebajado, o sea, eurocomunismo. Además de eso, este gobierno está apoyado por etarras y delincuentes catalanes. A lo que hay que añadir que pretenden pasar por demócratas, cuando ninguno de sus hechos -por sus hechos los conoceréis- puede considerarse demócrata. Hasta la justicia, que es la base de un sistema democrático, pretenden manipular estos mangantes. Meten mano en todas partes, en la justicia, en la lengua, en las escuelas, en la Sanidad, y siempre para mal.
Quieren hacernos creer que el gobierno de la república previo a la guerra era como una doncella desprevenida y virginal que fue asaltada por la espalda por derechistas diabólicos.
Pues no es así. Aquel gobierno tenía la obligación moral de evitar la guerra por todos los medios y no hizo nada en este sentido, sino más bien al contrario.
Como consecuencia de esa guerra tuvimos que soportar una larga dictadura. Todos. Si aquel gobierno hubiera puesto empeño en evitar la guerra, lo habría conseguido. Y ahora estaríamos mejor.
En la dictadura hubo despabilados que sacaron provecho. Y esta democracia, que ojalá lo fuera de verdad, también los hay. Y en abundancia.
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