miércoles, 14 de abril de 2021

¡Viva el mini Rasputín!

 

Algunos lo tildan de genio, pero lo único que ha demostrado hasta el momento es que carece de escrúpulos. Y de talento.

Entre sus logros está el de conseguir que cada vez que habla Sánchez, para prometer o para explicar, al personal le dé la risa. Incluso quienes están dispuestos a votarlo haga lo que haga, si presienten que van a coincidir con él en algún sitio, ponen la cartera a buen recaudo.

La alianza de Sánchez e Iglesias, dado el carácter dictatorial de ambos, podría haber tenido como consecuencia un gobierno sempiterno. Sin embargo, dada la torpeza de ambos cabía ser optimista: acabarían metiendo la pata.

Uno de los dos se cree Marco Aurelio y está a punto de ordenarle a Irene Lozano que le escriba unas Meditaciones. El otro se cree Stalin.

No hay dos sin tres, y a los dos torpes hay que añadirles al mini Rasputín. Diseñó una serie de mociones de censura regionales para arrebatarle al PP sus feudos, pero Ayuso, que es más lista que el hambre, ella sí, vio la jugada y puso el tablero político patas arriba, lo cual tuvo consecuencias: en ese momento España le debía una, ahora ya son más.

Al PSOE en general y al mini Rasputín en particular la decisión de Ayuso los pilló a contrapié. No la habían previsto, así que deprisa y corriendo eligieron un candidato, a falta de buenos, y él, sumisamente, aceptó. Plantearon la campaña electoral con la intención de pescar en el caladero de Ciudadanos, sin darse cuenta de que este partido que en sus orígenes catalanes era de izquierdas al salir a toda España había virado a la derecha. Los votantes madrileños de Ciudadanos vuelven al PP. Se han dado cuenta en La Moncloa y han virado en ‘Redondo’ para intentar la pesca en los de la extrema izquierda. Han dejado a Gabilondo en fuera de juego y se han reído de sus votantes, que no obstante les votarán.

Hay que agradecerle al mini Rasputín la posibilidad de que nos libremos de la pesadilla.

No hay comentarios: