martes, 13 de abril de 2021

Ayuso y Monasterio

 

Se fotografió Sánchez con las cuatro vicepresidentas. Él en plan sultán. Presumió luego de gobierno feminista. Las cuatro mujeres pendientes de si él enarca una ceja o las dos, o frunce el ceño. Una de las cuatro ha renunciado al prestigio que tenía en el ejercicio de su profesión, para sustituirlo por el de sumisa. Todos los ministros de este gobierno son sumisos. No puede ser de otro modo estando a las órdenes de un narcisista.

Podemos, que forma parte del gobierno, es un partido machista y violento. ¿Qué tendrán que ver el machismo y la violencia con el feminismo?

Ayuso recibe los ataques más burdos y estúpidos por parte de la izquierda. Con la zafiedad acostumbrada en Echenique y otros de su misma calaña. Nada de eso la arredra. Es capaz de arriesgar para defender la salud y la hacienda de los madrileños. Soportando improperios, boicots y campañas infames en su contra. No han conseguido someterla. Es una mujer alfa. En la izquierda de hoy las mujeres alfa no pueden medrar, pero en la derecha logran abrirse camino. Ayuso reivindica su independencia respecto al líder de su partido. Y se ríe del presidente del gobierno: «No me puedo creer que Sánchez estuviera mintiendo».

Ha hecho un anuncio publicitario muy elegante en torno a la palabra libertad, que otros nos quieren quitar. Su lema, ‘comunismo o libertad’ es impecable.

Monasterio, por su parte, tampoco se apoya en nada más que en su propio historial: su veteranía como empresaria y madre de familia numerosa. Tampoco se anda con medias tintas: «De nada vale evitar que gane la izquierda si se siguen aplicando las leyes ideológicas de la izquierda y alimentando sus chiringuitos». Tiene talento y no ataca a Ayuso, sino a Casado, cuya actitud con Vox es torpe.

De modo que la Comunidad de Madrid tiene la posibilidad de que su gobierno sea realmente feminista.



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