martes, 1 de marzo de 2022

Claro que Putin está loco

 

Todos los dictadores están locos, salvo uno, Franco, que lo fue por circunstancias de la vida, no porque tuviera ese deseo. El hecho de que optara por mantener todo el poder en sus manos hasta el final se debía única y exclusivamente a su deseo de morir en la cama. No tenía otros designios, como es el caso de los dictadores fetén.

Putin ha debido de sentir nostalgia del antiguo poderío de la URSS. Como presidente de Rusia se da cuenta de que el peso de su país en el concierto internacional está muy lejos de ser el que fue y no vislumbra de que lo pueda recuperar por la vía normal en mucho tiempo, en el caso de que lo logre. Tampoco le debe de gustar que la China, que aquellos tiempos que considera gloriosos estaba en segundo plano, tenga la posibilidad de convertirse en la potencia dominante.

En su sinrazón ha querido aprovechar la debilidad de los países democráticos, que adormecidos en la vida cómoda no parecen dispuestos a luchar por nada. Se lo ha jugado todo a una carta y es de esperar que la apuesta le salga mal, porque lo contrario sería una hecatombe para todo el mundo.

A China, su hipotético aliado, esta aventura tampoco le debe de haber hecho mucha gracia, puesto que el impacto negativo en la economía mundial es enorme y las consecuencias también afectan al país asiático.

Dentro de la propia Rusia, por lógica, también debe de haberse producido algún movimiento importante en contra suya, porque la idea de enfrentarse el mundo entero no es buena, y los propios rusos van a sufrir en sus carnes las consecuencias de esta nefasta acción.

De modo que Putin no ha calibrado bien la realidad, sino que se ha guiado por la apariencia y no ha sabido tener en cuenta todo lo que podía pasar. Se cree más listo que todos y ese es un indicio claro de locura.

1 comentario:

rafa talavera dijo...

Completamente de acuerdo, Vicente. Un saludo.