domingo, 17 de abril de 2022

Elon Musk choca con la extrema izquierda

 

En realidad,toda la izquierda es ya extrema, porque a la que no lo es se le puede aplicar aquello de Neruda: «me gustas cuando callas, porque estás como ausente». Aunque tampoco es que calle, sino que no la dejan hablar, la han apartado.

Elon Musk ha intentado comprar Twitter, pero no se lo consienten. Prefieren perder dinero, mucho, antes que darle paso. Su propósito anunciado es el de democratizar la red del pajarito. Y no hay motivos para no creerlo, puesto que Twitter está en manos de gente antidemocrática. Aparte de eso, hay grupos organizados, cuyos integrantes son comunistas y actúan de forma coordinada para hacer la vida imposible dentro de esta red a aquellos que señalan como enemigos, amedrentándolos o haciendo que les cierren las cuentas mediante un aluvión de denuncias.

Rige la ley del embudo. A unos les permite mucho y a otros casi nada. Y esto es lo que se percibe claramente que quieren conservar: la posibilidad de seguir jugando con ventaja.

Ha llegado el momento en que no queda más remedio que defender la democracia, porque sus enemigos saben aprovechar sus debilidades para destruirla.

Habrá que impedir que partidos antisistema puedan participar en el sistema. Y que religiones totalmente incompatibles con la democracia puedan establecerse en países democráticos.

Y hay que olvidar el buenismo en las Constituiones y en las leyes. Con la cadena perpetua, los terroristas habrían cometido muchos menos atentados, no hubiera hecho falta dispersar a los encarcelados, que en esas condiciones tampoco habrían podido amedrentar a los funcionarios y a los directores de las cárceles, y los jueces estilo Carmena no habrían tenido la posibilidad de ser indulgentes con ellos. Tampoco podrían apoyar al gobierno.

Del mismo modo que Putin ha abierto los ojos a los alemanes en particular y a los europeos en general, Twitter se los ha abierto al mundo.

La extrema izquierda, que se ha apoderado de toda la izquierda, está llevando a cabo una guerra sigilosa en contra de los valores democráticos. Hay que poner freno a esto.

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