Esta señora de Cabra, Carmen Calvo, que ha sido ministra, vicepresidenta y no sé cuántas cosas más, no es de las que se limitan a repetir eslóganes o consignas, sino que le gusta poner sus neuronas a ir de aquí para allá. No seré yo quien diga si lo hacen con orden y concierto o desmadradas. Me limitaré a consignar algunos de sus hallazgos fruto de sus incursiones en el pensamiento profundo. Cabe añadir que estas cosas las dice adoptando un rictus severo, cuando no de cabreo.
1.- Yo también he trabajado en el ámbito privado muchos años, soy funcionaria.
2.- Estamos manejando dinero público y el dinero público no es de nadie.
3.- Deseo que la Unesco legisle para todos los planetas.
4.- Van-Halen: Carmen Calvo dixit.
Respuesta de la aludida: Señoría, usted para mí nunca será Van-Halen Dixi ni Pixi; será su señoría, el senador Van-Halen, precisamente porque estamos en una Cámara de representación democrática en nuestro país, precisamente porque estamos en el Senado. Y desde ahora le adelanto que ese modelo de intervención, con alusiones pretendidamente ingeniosas acerca de las personas, en este caso de mi persona, si quiere, se las puede ahorrar, porque no voy a contestarlas
5.- ¿El feminismo es de todas? No, bonita, nos lo hemos currado en la geniología del progresismo, del pensamiento socialista.
6.- Yo no me había dado cuenta nunca que Nueva York, Madrid, Teherán y Pekín están casi en línea recta, no exactamente pero casi en línea recta, en horizontal, que son tres de las grandes ciudades donde se ha dado un problema del demonio.
Aunque hay muchas más, creo que he dejado suficientes muestras del talento de la señora de Cabra, por lo que paso a explicar el dictamen con el que ha querido zanjar de una vez por todas esa polémica, tal vez artificial, que azuzan determinados medios de comunicación: España no es monárquica ni republicana, es fundamentalmente anarquista.
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