No consta si es fruto de su cabeza ‘privilegiada’ o si se lo ha soplado alguien, lo cual es más probable, pero Sánchez se ha dado cuenta de que no puede conseguir más votos y que la suma de los del PP más VOX superará los suyos más los de Yolanda. Ha decidido, pues, deshinchar a VOX y hacer que aumenten los votos del partido comunista.
Eso significa que Sánchez piensa que los votos que ahora son de VOX se irán al limbo. Pues no, irán al PP. Es que muchos votantes de VOX jamás volverán a votar al PP. Según Ignacio Varela, que de eso entiende un poco, once millones de españoles están deseando quitar a Sánchez del gobierno. Creo que se queda corto. Es evidente que ante esta tesitura votarán al PP.
Quiere promocionar al partido de Yolanda Díaz. Eso es imposible. Esa chica es muy torpe y su prestigio es artificial, fruto de la propaganda de los medios de la izquierda. Ella, por sí misma, no va a ninguna parte. Sólo cuatro comunistas despistados la pueden seguir.
Otra parte de la estrategia sanchista consiste en destruir la reputación de Feijóo. Es difícil porque incluso muchos antiguos votantes del PSOE lo prefieren a él. Pero supongamos que a pesar de la torpeza con la que todos los ministros y ministras atacan al líder del PP lo consiguen y su popularidad cae estrepitosamente. Pues peor todavía para el PSOE, porque entonces el PP lo cambiaría por Ayuso y ya con eso tendría asegurada la mayoría absoluta en las elecciones generales. La primera mujer presidenta del gobierno de España.
Lo que tiene que hacer Sánchez, si aprecia en algo al PSOE, que ya se ve que a España no, es largarse bien lejos de España, después de haber dimitido, claro, y no volver jamás.
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