Lo peculiar es que las dice convencido de que el personal le cree. Pensará que todos son como Lastra o Calviño, que no sirven para nada más que aplaudirle, o como la Montero andaluza que tiene menos gracia que el Wyoming, pero no lo sabe y por eso sigue haciendo payasadas que a la gente de fuera de su ambiente le dan pena.
Ha dicho el presidente más nefasto que se recuerda que es una falacia plantear la solución nuclear para un problema de hoy, puesto que no podría empezar a funcionar hasta dentro de 15 o 20 años.
Todo el mundo sabe que con los socios que tiene no puede proponer medidas lógicas y eficientes, y cómo aunque se sepa no lo puede decir, no le queda más remedio que inventársela bien gorda. Pero es que, además, lo que quiere es vengarse de los españoles, porque no están dispuestos a votarlo de nuevo.
Queda la otra cuestión de que el PSOE, huérfano de ideología asume cualquier idea que ocupe su lugar, sobre todo y como bien ha señalado Boadella, si es algo que molesta a la derecha. Así pues, se abraza al feminazismo, que ni siquiera se parece al feminismo, al cambio climático, al animalismo, al ecologismo, al ‘nucleares no’, al aborto, etcétera.
Es motivo de regocijo ver que sesudos catedráticos, jueces, ingenieros, cirujanos…, de adscripción socialista, que entraron en la democracia riéndose de los dogmas aceptan sin rechistar los que les propone el partido, que son incontables.
Si en su día Miguel Delibes manifestó su opinión en contra del aborto, aunque tuvo que hacerlo en el ABC, y se le aceptó, en la actualidad lo mandarían directamente al cuarto de los fachas.
La energía nuclear toma auge en todo el mundo, excepto en España. Para Pedro Sánchez, el del ‘gobierno de la gente’, su bienestar personal está por encima del de los españoles.
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