Hay que partir de la base de que si no hubiesen dado tantas ventajas a los nacionalistas catalanes y vascos y se hubiera establecido una separación de poderes efectiva e irreversible, Estevill no hubiera podido llegar a juez y, por tanto, tampoco al CGPJ.
Si de todos modos hubiera querido delinquir tendría que haberse contentado con delitos menores. Causa pasmo la cantidad de gente poderosa a la que pudo extorsionar y también la gente poderosa que lo encumbró y apoyó.
El sistema español no está pensado para que la gente trabajadora y cumplidora de la ley pueda vivir en paz y prosperar, sino que ya se va viendo que en aquellos primeros años de la democracia el PSOE no venía a procurar el bienestar a los españoles, sino que quiso preparar las cosas de modo que fuera posible perpetrar unas cuantas fechorías que tenía pensadas y para ello le venía bien tener como cómplices a los nacionalistas vascos y catalanes.
Así que llenaron la Constitución de buenas intenciones y prepararon las cosas para que fuera posible el asalto al poder judicial.
La cadena perpetua no interesaba al PNV, porque con ella ETA no habría podido cometer tantos atentados. Este partido siempre ha tenido una actitud ambigua, cuando no equidistante con el terrorismo. Tampoco a nadie se le habría ocurrido organizar los GAL, esa vergüenza para España.
Si Felipe González, hubiera tenido buenas intenciones, en lugar de señalar a Adolfo Suárez como enemigo y negarle el pan y la sal habría colaborado con él, dejando en segundo plano a los nacionalistas, y entre los dos habrían hecho una Constitución que fuera un marco legal inspirado en los altos valores que beneficiase a todos los ciudadanos. Los nacionalistas entonces apenas tenían fuerza, no habrían más remedio que aceptar el trato.
En esas condiciones habría sido todo muy distinto. Nos habríamos ahorrado toda una serie de asesinos y ladrones.
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