Tenía que pasar, porque mientras no pasaba de ser una reivindicación soñada más que expresada se la iba dejando pasar y mientras las cien familias que manejan el ambiente obtenían beneficios. En el momento en que se ha dado un paso más y puesto que se basa en la mentira, la tergiversación y el invento, ha saltado todo por los aires.
Hay una entrevista con Boadella, que conoce el asunto desde dentro, en El Independiente, y estoy de acuerdo con casi todo lo que dice, con alguna cosa no y lo de Pujol y Mas merece ampliación.
El primero tiene un talento que le falta al otro y sabía hasta dónde podía llegar. En el País Vasco ha ocurrido algo similar. Arzallluz las veía venir y sabía anticiparse a los acontecimientos. No se habría dejado comer la tostada por Bildu. Con este partido a los mandos, la prosperidad del País Vasco se acabará pronto.
Con Mas, Cataluña entró en barrena, aunque muchos no lo vean, pero ya es irreversible. Pujol tenía la complicidad de Felipe González, a través del PSC, y todo iba más o menos rodado. A Aznar lo manipuló y lo manejó.
También Arzalluz le tomó el pelo a Aznar y lo desmanteló.
Dice Boadella que hay dos millones de catalanes con depresión y quizá se queda corto. Es una depresión causada, además, por el nacionalismo, o sea, que no tiene cura. Quien se deja atrapar por el nacionalismo está perdido: ha perdido para siempre el dominio de sí.
Hay varias generaciones de catalanes echadas a perder a causa del adoctrinamiento inclemente al que se viene sometiendo a los estudiantes, y aunque el dramaturgo dice que los que ahora tienen 8 o 9 la van a montar, porque se lo van a encontrar todo derruido y empobrecido, pero tampoco van a poder solucionar nada.
Si hubiera alguien capaz de aplicar el 155 y mantenerlo durante mucho tiempo se podría frenar el declive. Lo de recuperar la prosperidad de tiempos anteriores será más difícil.
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