martes, 17 de enero de 2023

Decíamos ayer…

 

Decíamos ayer que el melón, por decirlo suavemente, que preside el gobierno, al que votará Chapote, tiene el paso a la historia asegurado, entre otras muchas cosas, por haber hecho ministras a dos cuya preparación e inteligencia están muy por debajo del nivel requerido. Y se nota en los estropicios que causan.

Todos los demás ministros son responsables, junto con el presidente que las ha nombrado, de lo que hacen, porque alguien que se precie en modo alguno querría compartir responsabilidades con ellas.

Pues la tal Belarra ha vuelto a dejar constancia de su contrastada torpeza, volviendo a dejar en evidencia al gobierno del que forma parte, que no se ha dado por enterado -se entiende que estas personas pongan tanto empeño en envilecer a la población, puesto que no se sienten cómodas al notar que su nivel moral está muy debajo del de la sociedad a la que representan-, al manipular una portada del ABC.

No es que esté feo manipular, que lo está, pero es que de estos frescales del gobierno no se espera algo distinto, sino que es de una rudeza tan flagrante que asombra, incluso ya dando por hecho de antemano que los huecos del cráneo de esta ministra en los que debía de haber un cerebro hay cualquier otra cosa que no tiene nada que ver.

Pensar que una barbaridad de ese calibre no iba a ser detectada y que el personal se iba a tragar el cambalache deja bien a claras que lo suyo no tiene remedio.

Lo dicho, quien la ha nombrado ministra pasará a la historia por ello, y quienes la estudien no darán crédito a que el hecho haya sido posible.

También pasarán a la historia, junto con su nombre, los de Chapote, Otegui, Puigdemont, y una larga lista de personas de la misma catadura moral. Es decir, quienes lleguen a esas páginas de la historia van a tener que contener la repugnancia con que las van a leer.

Esos libros míos

 

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