Es una noticia no por esperada menos satisfactoria. Además, ese deseo de volver se está produciendo con más antelación de la prevista.
Son los ciudadanos quienes lo quieren. La mayor parte de ellos se ha dado cuenta de que han salido perdiendo al abandonar la UE. Todos hemos salido perdiendo, pero ellos más. Habrá que ver cómo reaccionan los políticos que mintieron con el fin de lograr ese objetivo.
Por supuesto que conviene a la UE el regreso del Reino Unido y esta sería la ocasión para replantearse todo. Para que los dirigentes de los países que la componen comprendan que es una necesidad. Si un país de esa capacidad y recursos necesita volver es señal clara de que hay que tomársela en serio e intentar mejorar sus mecanismos y funcionalidad. Lo primero que habría que hacer es explicar a todos los ciudadanos que se trata de una cuestión de primordial importancia y que habría que dejar de lado todos los egoísmos para contribuir al bien común. Es decir, dejar de defender lo propio y pensar en lo de todos.
Lo que está en juego es el estado del bienestar, que no ha caído del cielo, sino que se consiguió a base de grandes sacrificios y enormes esfuerzos, y se puede perder a causa de la ceguera y la estupidez. Los políticos, los decentes se entiende, deberían esforzarse en explicar a los ciudadanos que votar en contra de sus propios intereses, los de los votantes, puede tener consecuencias nefastas e irreversibles.
El único modo de salvar el modo de vida al que nos hemos acostumbrado en los últimos tiempos consiste en lograr que la UE acabe siendo lo antes posible una única nación, con políticas económica, social, de Exterior, de Defensa…, únicas.
Los votantes han de pensar en lo que les interesa a ellos, no en lo que conviene a políticos que siembran el odio y la discordia para sacar provecho de ello.
Esos libros míos
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