lunes, 6 de febrero de 2023

La democracia y el asno

 

Rebuznó, con otros sonidos, que la dictadura no está bien vista socialmente, aunque sea la del proletariado, y la democracia sí, por tanto hay que disputarle la palabra al enemigo.

Todas las malas personas necesitan señalar a un enemigo, aun en contra de la voluntad de éste, y hacen trampas, como la de establecer marcos mentales previos para dificultar los argumentos que no les convienen.

Digamos que las dictaduras son como el Islam, palabra que significa sumisión. Desproveen de dignidad a los ciudadanos, al arrebatarles su libertad, y los tratan como si fueran niños, al decirles lo que está bien y lo que está mal y lo que han o no han de hacer.

Las dictaduras carecen de medios para ser sostenibles, porque en las condiciones en que se desenvuelven sus habitantes la desmoralización es inevitable.

Las dictaduras de derechas duran menos, porque carecen de apoyos, mientras que las de izquierda se defienden unas a otras.

En los tiempos actuales, todos o casi todos los partidos de derechas que hay en el mundo son demócratas, mientras que los partidos de izquierdas se van decantando cada vez más peligrosamente por las dictaduras.

Aparte de que el comunismo es indefendible argumentalmente y por eso los podemitas necesitan marcos mentales adecuados y tener el árbitro a favor, está la realidad: se ha puesto en práctica en muchos y ha demostrado ser la más mortífera de las ideologías.

Que este tipo pretenda disputar la palabra democracia a los demócratas pone de manifiesto el cinismo y la maldad que alberga en su interior.

Afortunadamente, su inteligencia no es mucha, por lo que cada vez da más risa al personal, que ya no se deja engañar, y ha tenido que abandonar la política, y su partido compuesto por gente tan zote como él, cada vez tiene menos votos. Y los que tiene es de gente que no ha despertado aún y no se da cuenta del daño que hace. A todos.

Esos libros míos 

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