Como si en algún otro lugar del mundo pudiera vivir tan bien como aquí. Como si en cualquier otro país civilizado pudiera emitir sus vomitivos mensajes.
Quizá lo que pretenda sea que VOX le quite muchos votos al PP, con el fin de tener excusa para incendiar las calles cuando el gobierno haya cambiado de manos.
El peligro para la democracia es Podemos, no VOX. Ninguno de los podemitas tiene el menor respeto por el menos malo de los sistemas políticos. Siempre tienen esta palabra en la boca, pero suena desafinada. Ni están a favor de la independencia judicial, ni respetan a quienes no piensan como ellos, ni tienen educación, ni miramientos. Digamos que tampoco se vislumbra talento alguno en ellos. Sí ha habido personas con prestigio intelectual que los han defendido, o han abogado por ellos, pero no sido políticos. Se supone que a estas alturas ya deben de haber cambiado de opinión con respecto a estos.
Una de las mejores cosas que le puede pasar a España es que este partido desaparezca de la escena política. Sus componentes insultan al Rey, que representa a todos los españoles, incluso a ellos y es la mejor salvaguardia de la democracia española. Tratan de hundir el mercado inmobiliario, enfadan a todos los españoles sensatos con sus leyes nefastas, insultan a los mejores empresarios, a los jueces que hacen su trabajo, fomentan el desempleo, ordenan los criminales acosos, etcétera.
Y luego que el PP o VOX son peligrosos y amenazan al PSOE para que no se atreva a reformar las nefastas leyes que surgen de las cabezas de chorlito de los podemitas.
Es una vergüenza para los españoles que vayan por el mundo como ministras de España. Gentes sin clase, sin estilo, sin modales, sin educación, sin vergüenza.
Todo el mundo quiere que se vaya, pero nadie se cree que esté dispuesto a cumplir su ‘amenaza’.
Esos libros míos
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