Tomado el gusto al protagonismo, ya lo que sea, con tal de seguir en él. En sus buenos tiempos parecía que Vox era ella. Quizá se sintiera invencible.
Ahora ha ido a la telebasura a explicar lo que es Vox. Si lo hubiera entendido, lo más probable es que siguiera dentro. Cuando la desterraron a Andalucía aceptó el reto. Seguramente porque pensó que con su salero conseguiría que los andaluces la votaran en masa y seguiría siendo la reina del chantecler. No ocurrió así, de modo que también tiene la oportunidad de explicar cómo es Andalucía.
Se conoce que en la telebasura hay que hilar muy fino y distinguir Bildu de Eta. En el ámbito moral, ambas son bazofia. Otegui cumplió pena de cárcel en su condición de terrorista. A nadie le sorprendería que hubiera participado en uno o más de los atentados que quedan por resolver. Rupérez insiste en que participó en su secuestro.
El hecho de que Bildu esté en las instituciones cabe reprochárselo en primer lugar al legislador, que olvidó, o no tuvo en cuenta, que cometido es proteger a los españoles y no a sus enemigos. No es el único partido nefasto que se ha beneficiado de esa indolencia legislativa, de esa falta de cuidado. Hay otros partidos de idéntica catadura mental.
También hay empeño en la telebasura en distinguir entre el comunismo y el nazismo. Pero la cuestión, en este caso, es la siguiente: el nazismo ya está muerto y no tiene ninguna posibilidad de renacer. El hecho de que haya cuatro o cinco locos que lo reivindiquen, es la prueba, porque degenerados siempre habrá.
El comunismo ha matado mucha más gente, sigue matando y torturando y provocando la ruina en donde puede y le dejan. En España, sin ir más lejos.
Lo que denuncia Olona de Vox, por muy cierto que sea, no es válido, porque debió haberlo dicho cuando estaba dentro, cuando se consideraba el ama.
Esos libros míos
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