El presidente de Ucrania se está comportando como un héroe. Recordemos que nadie lo es por decisión propia, sino que las circunstancias obligan y es cuando unos pocos dan la talla. No hay más que fijarse en que el catalanismo jamás ha dado ninguno.
Zelenski se juega la vida cada día. Qué más quisiera Putin que lograr acabar con él. No sólo defiende a Ucrania, sino a toda Europa, porque el sátrapa ruso si consiguiera vencer en esa guerra que ha provocado no se detendría ahí, como bien saben las naciones que tienen frontera con Rusia.
Zelenski mantiene alta la moral de los ucranianos y también sabe motivar a las democracias del mundo para que sigan apoyando su lucha por la justicia y la libertad. Sabe contrarrestar la propaganda de Putin y no se deja amedrentar por sus amenazas. Todos los pasos que están medidos y son muy acertados.
Zelenski se está ganando la admiración del mundo civilizado.
Ha ido a visitarle Sánchez, que es todo lo contrario, un cantamañanas. Ha viajado hasta allí en representación de los españoles, lo cual debería haberlo motivo para dejarlos en buen lugar. Pero en lugar de mostrar respeto por el héroe y homenajearlo p0r su valor, ha dejado ver que se considera más importante y que le ha hecho un favor al desplazarse hasta allí. Lo ha utilizado para hacerse propaganda.
Su descaro llega hasta el punto de que tiene en su gobierno a unos impresentables que, tan carentes de talento, preparación y vergüenza como sobrados de descaro y mala intención, trabajan en favor de Putin, el gran asesino, el que ha hecho tanta destroza en Ucrania y en el mundo.
¿Cómo se atreve a ir en plan benefactor a Ucrania quien mantiene en su gobierno a personas sumisas a Putin y enemigas suyas? Eso también va para Borrell, igualmente aficionado a poner una vela a Dios y otra al diablo.
Esos libros míos
No hay comentarios:
Publicar un comentario