El PSOE ha venido sosteniendo al sátrapa que preside el gobierno sin que, salvo escasas y honrosas excepciones, haya denotado ninguna incomodidad, salvo al final, cuando ya era evidente que el ciclo está agotado.
En esta tesitura, el PSOE ya estaba decido a cambiar de candidato para las generales, cuando Sánchez ha perpetrado el adelanto electoral para impedir eso, con lo que el batacazo será mucho mayor.
Al PSOE no le queda más remedio que ir digiriendo poco a poco todo lo sucedido y no sería de extrañar que los que coloque Sánchez en las listas queden marcados para siempre.
Será un maravilloso espectáculo ver abandonar el barco a todos esos forofos que han estado apoyando a Sánchez e insultando a sus críticos. Lo harán poco a poco y de forma disimulada, los más listos, pero al final lo harán en masa.
En lo que se refiere a los ministros y exministros, cabe pensar que terminado el recuento de los votos y consumada la derrota espectacular, Isabel Rodríguez todavía no se habrá enterado. Seguirá pensando que sigue siendo ministra mientras lo quiera Sánchez.
Lo que atrae mi curiosidad es la actitud del Astronauta. Sabemos que es superdotado intelectual por su condición de astronauta, pero ha dejado claro que hay áreas cerebrales que tiene descuidadas, como las de la vergüenza y la de ética. ¿Cómo reaccionará ante la previsible venganza del PSOE contra Sánchez?
Marlasca demostró su talento en sus tiempos como magistrado, pero ha demostrado luego que no era amor a la justicia lo suyo, sino que empleaba sus habilidades para ascender, para lograr poder, lo que ha conseguido siendo ministro. Pero ahora es seguro que ha olido que su etapa ha terminado y quizá sienta miedo.
Otros y otras, ministros y ministras, creerán que pueden seguir engañando al personal. No se han dado cuenta de que el PSOE está chamuscado. Es muy probable que se intente una profunda renovación con el fin de impedir que desaparezca.
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