Atribuyen a alguno de los asesores la ‘ingeniosa’ idea de que Sánchez entreviste a sus ministros. De acuerdo, la idea puede ser de otro, pero quien la lleva a cabo es él. Hay que ser duro de mollera.
Los hay que con una audacia suicida afirman que Sánchez es listo. ¿Cómo lo va a ser si ha estado abusando de la paciencia de sus votantes, indultando a delincuentes, permitiendo homenajes a terroristas y que entrevisten a uno de ellos, Otegui, en la televisión, tardando en tomar medidas contra la pandemia para satisfacer el capricho de una ministra que quería celebrar la manifestación del 8-M, concediendo el control de las residencias de mayores al inútil de Iglesias, y finalmente, con la idea de que sus votantes lo tienen por divino, colmó su paciencia con la ley del solo sí es sí, de la que ahora reniega y le echa la culpa a otra.
Irene Lozano lo catalogó como resiliente, lo que él se cree que es. ¿Pero cómo va a ser resiliente si carece totalmente de autocontrol hasta el punto de que su narcisismo se percibe desde muy lejos?
Individuos como Torra, Baldoví y otros de similar necedad se ríen de él y lo describen con absoluta precisión: si fuera el capitán de un barco a punto de hundirse, sería el primero en saltar. Nadie lo duda, esa es la cuestión.
El hombre que dando grandes pruebas de ‘inteligencia’ y de una ‘delicadeza’ insuperable se hizo aplaudir por sus ministros y difundió el vídeo, ahora los entrevista, para que pidan el voto para él.
Sería divertido que entrevistara no ya a Montero, Belarra o Garzón, vídeos que, sin duda, tendrían una gran difusión en los programas de humor de los próximos meses, sino a Marlasca, Calviño o el Astronauta, que también se prestaría encantado. Pero parece ser que no va a continuar por ese camino. Quizá le eche una bronca a alguien. ¿A Bolaños? ¡Pobre diablo!
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