En un solo tuit, el que antecede, dice
tantas burradas que demuestra que es un contrasentido que un tipo
como él esté cobrando del Estado.
Su partido, absolutamente desleal con
España, acoge en su formación a terroristas de Terra Lliure, y sus
miembros, Rufián incluido, se abrazan entusiasmados con Otegui y
otros etarras. Partidos como este no deberían ser legales. Lo son
gracias al PSOE, que, por otra parte, se apoya en ellos cuando y
donde le conviene para formar gobierno. Esto es muy difícil de
aceptar. Lo propio habría que el PSOE reconociera su error y
propusiese un cambio que permitiese ilegalizar a todos estos partidos
enemigos de España, antisistema les llaman acertadamente.
El tuit de Rufián denota una carencia
total de escrúpulos, de inteligencia y de virtudes democráticas. El
hecho de que un futbolista haga algo que no está bien, o cometa un
delito jamás puede servir para justificar los deplorables hechos de
otro.
Las personas juzgadas y condenadas han
recibido este castigo precisamente por sus conductas
antidemocráticas. Ser demócrata consiste, entre otras cosas, en
respetar siempre la ley, eso es fundamental para poder ser
considerado demócrata, y el propio Rufián procura hacerlo
escrupulosamente, para que no lo encierren a él también. Lo que
quiere es vivir del cuento, o sea, de los bobos a los que consigue
engañar.
Pero respetar la ley no es suficiente
para ser demócrata, hay que respetar también a los demás, lo que
en su caso equivaldría a estudiarse las leyes y la Constitución,
pero no para no saltárselas, sino para comprenderlas, y a estudiar
también la gramática y la historia, pero no la que cuentan los
historiadores subvencionados por el pujolismo, sino a los
independientes, a los no contaminados por el dinero del gobierno
regional catalán. Pero nada bueno puede esperarse a estas alturas
de Rufián, solo rufianadas.
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