En realidad tiene varias y una de ellas
es la de demostrar ignorancia cada vez que habla, tanto si lo hace en
España, como si está en el lugar más encumbrado del mundo. La más
famosa de sus meteduras de pata fue cuando dio lugar a que lo
bautizaran como ‘Pedro de la Preveyéndola’.
Tiene varias especialidades, como la de
desentenderse de todo aquello que no le procure réditos electorales,
pero en lo que está poniendo verdadero empeño es en cambiar
cadáveres de sitio, como si eso fuera a mejorar la vida de alguien,
como si fuera a traer la paz al mundo.
Es tan ignorante que no sabe que si
hubiera vivido en su tiempo habría sido tan franquista como el que
más, al igual que todos los que, como él, estaban llenos de
ambición y ayunos de dignidad. Luego se fueron cambiando la
chaqueta, y todo lo que hiciera falta.
Es tan insuficiente que no ha sabido
comprender que la dictadura que sufrimos durante cuarenta años fue
la consecuencia de una guerra que no debió producirse jamás. Y que
aun salimos bien librados, porque el resultado pudo ser peor.
Desconozco cuáles eran los deseos de
Franco y tampoco tengo interés en saberlos. Lo que sí que sé, es
que fueran cuales fueran, no le convenía la guerra. De no haber
sucedido, su rango militar le habría permitido vivir muy bien y sin
perder apenas autonomía. Una vez en guerra, ya no pudo fiarse jamás
de nadie, puesto que cualquier desliz podía costarle la vida.
Una dictadura solo puede mantenerse
mediante el terror y, además, Franco estuvo aislado
internacionalmente, no como Maduro, que tiene el apoyo de otros
dictadores.
Franco no fue un dictador por motivos
ideológicos, como los demás, sino a consecuencia de una guerra
nefasta que habría que haber evitado a toda costa.
Pero eso un cretino no lo puede entender.
No hay comentarios:
Publicar un comentario