Uno de esos delincuentes que o bien están
en la cárcel, o no lo están porque salieron huyendo como ratas le
aconsejó a Rajoy que no subestimara la fuerza del pueblo catalán.
Pues si el pueblo catalán está
compuesto por esos tipos de ‘raza superior’ que están
destrozándolo todo… ¡qué vergüenza, señores!
Es tal su superioridad que uno de ellos
dijo que el antinacionalismo es la marca blanca del fascismo. Quien
lo haya dicho está en el camino exacto para llegar a presidente del
gobierno regional catalán. Cuánta superioridad intelectual y de
todo tipo. Atila, el rey de los hunos, no es nadie comparado con
estos.
El problema que tienen estos seres, que
según el llamado Torra, son superiores, es que la razón la tiene el
pueblo español, que también tiene su fuerza y que, puesto que
decidió vivir de forma civilizada, se dotó de un ordenamiento
jurídico, que, la verdad sea dicha, podría y debería haber sido
más contundente.
El peso de la ley ha caído de forma
suavizada sobre las cabezas de algunos de esos, mientras que otros,
como es el caso de Puigdemont, confían en que los belgas decidan
quedárselos. Si piensan que el mocho puede servirles para algo, lo
pueden hacer. Cuestión distinta sería si se tratara del Dr.
Cavadas, por citar a una de las personas valiosas que tenemos por
aquí.
Por otro lado, esa fuerza en la que tanto
confiaba el tal Puigdemont, que inclemente, hará todo lo que pueda
para que Torra vaya a la cárcel, no habría durado nada si Sánchez,
en lugar de estar entretenido mirándose al espejo, y Marlasca, que
se fue a cenar, hubieran hecho el trabajo por el cual se les paga.
Pero esperar que esos dos hagan algo
cuando conviene a la mayoría, pero a ellos no, es como pedir peras
al olmo.
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