No creo que sea correcto que se haya
filtrado la sentencia o, más bien, la parte final y supongo que el
juez Marchena, al que los infames intentan desprestigiar, tampoco se
sentirá muy feliz de que haya ocurrido.
Sobre este asunto conviene tener en
cuenta algunos datos:
a) La voluntad de este gobierno de
entrometerse en donde no debe y manipular todo lo que pueda. En el
caso concreto de este asunto, con la abogacía del Estado. Parece
ser que la sentencia irá en esta línea.
b) La ministra de Justicia le escribió a
su colega italiano para que intercediera en el caso Juana Rivas, con
lo cual puede dar a entender que está acostumbrada a mangonear en la
justicia española y piensa que en Italia ocurre lo mismo.
c) Las estrategias de los abogados
defensores, o de parte de ellos, estaban orientadas a facilitar los
recursos que, sin duda, van a presentar ante las instancias europeas.
Algunos han tratado de poner en evidencia al presidente del tribunal
mediante los testigos que aportado o preguntas capciosas. Marchena
sorteó todo esto con gran pericia y habilidad y con una paciencia
extraordinaria. Soportó mucho más de lo que tenía obligación.
d) La alta probabilidad de que se
presenten estos recursos ante los tribunales europeos y la deslealtad
que han demostrado algunos de ellos obliga a extremar la prudencia y
a procurar una sentencia unánime, con el fin de dificultar un nuevo
episodio desleal. Basta pues con que uno de los miembros del tribunal
se plante para que los demás tengan que ceder con el fin de lograr
esa unanimidad.
Pero ahora mismo todo está en el aire y,
como señala Marchena, hasta que no hayan firmado todos los
magistrados no hay sentencia. Cuando la haya, habrá que prestar
atención a los movimientos de los políticos, porque puede que
alguno quiera ganarse el voto de los separatistas para alcanzar la
presidencia del gobierno.
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